En Invernalia con Don Umberto.

Andaba yo metido en lecturas “profesionales” cuando Juan me mandó un correo con el último ensayo de Don Umberto Eco Confesiones de un joven novelista. De esta manera tan simple Juan acababa con mi lista de lecturas y me embarcaba en un libro que estoy devorando y que a buen seguro acabará por salir en más de una ocasión por los post del curso que estamos apunto de iniciar. En él hay numerosas reflexiones no sólo de novela, sino también de historia. Y de tanto leer en él de El nombre de la rosa, El péndulo o La isla del día antes que habrá que releerlos intercalados entre lecturas profesionales. Mucho que leer gracias a la “jugarreta” de Juan. Gracias por ello.

Y es que en verano, como siempre, hemos ido al norte, siempre al norte, escapando de un Madrid que como dice Sabina es “invivible pero insustituible” y más con un verano caliente en mi ciudad, por motivos no sólo atmosféricos. Por eso siempre que puedo me pierdo en el Principado de Asturias, donde, como siempre, hemos disfrutado de tiempo agradable con paisajes, sol y playas inmejorables, como podéis ver en las fotos.


Son ya más de diez años que voy allí y siempre vienes con algo nuevo en la retina.
Esta vez conocí la Fundación archivo de Indianos que se puede visitar en Colombres.





Como podéis ver el interior del edifico es muy bonito (la foto superior derecha corresponde a la biblioteca) y el entorno inmejorable, pero salí de allí con cierta tristeza ante el drama de esta gente. Creo que esta foto del hombre y del niño, junto con las noticias y reseñas de los naufragios, fue lo que más me impresionó.




En Oviedo pude visitar el nuevo Archivo histórico provincial y regional de Oviedo que curiosamente está emplazado en la antigua cárcel de la ciudad. Las obras de acondicionamiento que podéis consultar aquí y su resultado es ciertamente impresionante.


Y para que no se me enfaden los de Gijón debo reseñar a la Laboral, Ciudad de la Cultura.Visita obligada sólo por disfrutar del edificio explicado por buenos guías y por supuesto ver alguna de sus múltiples actividades.


Allá en el norte dejamos amigos que no dejaremos de echar de menos, amigos que no volveremos a ver hasta el verano que viene si no es que el azar o los controladores aéreos lo eviten.

En fin, un verano que paradójicamente hemos pasado en Invernalia. Un verano en el que hemos enviado violetas a direcciones inventadas enamorados de la chica más guapa de la ciudad. Un verano que llega a su fin y que nos deja con las pilas cargadas y con el firme propósito de trabajar duro, con humildad e ilusión. A partir de ahora volvemos a ponernos "serios y profesionales"

Se acerca el invierno.

El día 10 volvemos a la carga.
Feliz curso 2011/2012.

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