Autoentrevista (II)

Hola a todos. Damos la bienvenida al nuevo año en el blog. Como veis, hemos hecho algún cambio en la apariencia, para dejarle un aspecto más limpio y acorde a la tendencia actual. Por otra parte, como prometimos en la entrada anterior, continuamos con la ronda de preguntas y respuestas. En esta ocasión, el Ilustre Inquisidor don Roberto interroga al hereje Juan, afín a ciertas máquinas diabólicas. Espero lo disfruten.

¿Qué te animó a aceptar  el formar parte en este proyecto? ¿Cómo te planteas los post?

En buena medida, echar una mano. Aunque no a montar el blog, que salvo con un par de cosas te has apañado muy bien ahora que te hemos convertido a la verdadera fe, jejeje. Realmente a transmitir el mensaje, que ambos tenemos muy claro, de que es casi imposible ser un buen profesional sin varias habilidades transversales, y más en ciertos sectores. Un “hombre orquesta”, que dirías tú. Un licenciado en humanidades hoy no puede sobrevivir en la jungla laboral sin dominar mínimamente las tecnologías a su alcance, lo mismo que un licenciado en ingeniería puede llevarse muchos palos si no sabe redactar un buen informe, por ejemplo. También hay algunas entradas que hago a modo de diversión, como las de los maoríes, el viaje a Berlín o los estudios climáticos; nacen de una curiosidad o alguna experiencia que creo que puede aportar algo a más gente.

¿Crees que en general tiene la gente un nivel aceptable sobre uso de nuevas tecnologías o recursos? ¿Y los historiadores?

Esto se resume en lo que en el sector llamamos la “brecha digital”: por un lado hay una parte de la población que maneja la tecnología sin problemas, y por otro mucha gente que apenas sabe encender el ordenador y mirar el correo. Me temo que es una fractura problemática en cualquier sociedad; desde nuestro mundillo se está intentando cerrar en muchos aspectos, y no sólo por cuestiones de generar mercado. Hay mucha gente que pierde el ritmo con estas tecnologías, aunque también reconocemos que puede costar seguirlo. Me temo, además, que en algunas ramas de los estudios, como la de Historia, la brecha es ahora mismo demasiado grande ya que no se incentivan estas habilidades. Las buenas noticias son que con algo de orientación y buena voluntad no es complicado adquirir competencias con un nivel más que aceptable, y que los más jóvenes son en buena medida “nativos digitales”, que contribuyen a reducir esta brecha de forma natural; el problema lo tenemos con nuestra generación y las anteriores, que son quienes tienen que hacer un esfuerzo explícito al respecto.

¿Crees que los ingenieros y demás especímenes de ciencias opinan generalmente que los historiadores somos algo inútil? Razone su respuesta, que dirían en un examen.

Aquí tiraré algo de tópicos. Durante la época de la universidad, en las ingenierías y similares, se percibe, en general, a la rama de letras como carreras facilonas que no tiene mérito aprobar, y que, realmente, no sirven para gran cosa profesionalmente ya que no hay mercado laboral suficiente. Con el tiempo la percepción va cambiando, ya que se encuentra gente que sí ha conseguido trabajo relacionado, a menudo a base de hacer un esfuerzo importante fuera de las aulas. Incluso se descubre que, estadísticamente, en la alta dirección la licenciatura más abundante es la de filosofía, como complemento a una carrera técnica, ADE o económicas. Por parte de Historia, algunos profesionales que son a la vez grandes divulgadores consiguen excitar la curiosidad y cambian a mucha gente su visión del mundo. Supongo que, en resumen, es necesaria vocación y que el esfuerzo neto es similar para llegar a un nivel profesional equiparable, pero repartido en el tiempo de distinta manera.

¿Cómo ves nuestro mundo desde fuera? ¿Qué opinabas antes y después de conocer a varios historiadores?

En buena medida es la misma respuesta que a la pregunta anterior. En la época universitaria no conseguía entender qué motivaba a 100 personas a matricularse en esas carreras para que sólo 10 pudieran encontrar trabajo relacionado. Supongo que por el camino a mucha gente la vida les va llevando por otros cauces y otros van tirando la toalla, ya que muchos son los llamados y pocos los elegidos. Con el tiempo he aprendido que un buen profesional lo es en cualquier rama del conocimiento, y que los que perseveran y se forman tanto en su disciplina como en otras que sean útiles, acaba encontrando un sitio. Además, me he dado cuenta que en buena medida se hacen preguntas similares, aunque sea a ramas distintas del conocimiento: los historiadores preguntan “por qué”, y los ingenieros preguntan “cómo”.

En tu opinión,  ¿es justa la sociedad con nosotros?

La sociedad es ahora muy ingrata con la gente que ha hecho el esfuerzo de formarse en cualquier especialidad; es sabido que ahora mismo, con la crisis, hay muchos ingenieros emigrando a Alemania. En general hay titulitis aguda, y cada vez más estamos más sobrecualificados para los trabajos que se ofertan. En el caso de las humanidades, en general, volvemos a los problema ya citados: se perciben demasiados licenciados para lo que demanda el mercado laboral, el título es comparativamente mucho más fácil de conseguir y no está claro qué se puede empezar a aportar a la sociedad al día siguiente de terminar los estudios. Falla mucho el marketing, lo que el resto del mundo percibe desde fuera: no se aprecia el esfuerzo continuado en el tiempo que implica ser un buen profesional en ese mundillo, y es una de las cosas que es básico mejorar. Es algo que espero que seamos capaces de transmitir en el blog, tanto a profanos como a los futuros historiadores: el verdadero trabajo para llegar a hacerse un hueco no está en los pupitres. En todo caso, esta visión es bastante local, ya que no sé si nuestros lectores del otro lado del charco se ven afectados de estos mismos problemas; la verdad es que les agradecería algún comentario al respecto.

¿Crees que en un futuro muy, muy lejano humanidades y ciencias se respetarán y ayudarán mutuamente?

Pues es una pregunta complicada. Debería ser así, pero como ya explicaste en la entrada sobre Bolonia, ni siquiera el sistema cree demasiado en las carreras de humanidades. Lo que sí podemos conseguir es mucho más respeto mutuo entre los verdaderos profesionales de ambos mundos. Por parte de las humanidades porque no les queda más remedio que subirse al carro de las TICs para desarrollar su trabajo y darlo a conocer. Y por el lado de las ciencias porque, teniendo en promedio bastante curiosidad por muchas ramas del conocimiento, una buena divulgación y mejor marketing sin duda ayudará a mejorar esa percepción. En cuanto a la colaboración, tenemos ejemplos como la arqueología, que no sería la misma hoy día sin tecnología. También volveré a citar que en la alta dirección empresarial los estudios más abundantes son los de filosofía. Y a otros niveles, siempre surgen sinergias; de hecho, este blog es un humilde ejemplo, ¿no?

Es evidente que tú me has ayudado mucho con las TICS. ¿En qué medida ha cambiado tu percepción de la Historia como ciencia social después de conocerme?

No diré aquello de “lo bonita que es la Historia” porque me arriesgo a ser arrojado a las fauces de Cerbero, jejeje. Como ya sabes la historia, especialmente la antigua, y la mitología, siempre me han gustado. Pero claro, no es lo mismo tenerlas como hobby y lectura en el tren (siempre digo que hace tiempo que tengo mi propia Fnac en tu casa) que pretender vivir de ello. Lo que mejor he aprendido al respecto es el trabajo que hay por detrás, todo lo que hay que leer, y sobre todo, lo que cuesta saber interpretar adecuadamente la información disponible para tener una visión sólida. En resumen, que la Historia, como disciplina profesional, dista mucho de ser poco más que memorizar una ristra de fechas y nombres.

¿Cómo te planteas tu aportación al blog y el futuro de este?

Pues la verdad es que de momento estoy cómodo con el mismo. Mientras mis propios retos profesionales me dejen tiempo, tengo la intención de mantener el ritmo actual de entradas, y muchas ya están preparadas a la espera de edición. Lo que no sé es qué temas irán surgiendo más adelante, ya que en buena medida dependerán de lo que detectemos que intriga a los lectores, o incluso de pequeñas curiosidades que vayan surgiendo y que piense que merece la pena compartirlas. También tengo intención de implicar a otra gente con aportaciones sobre proyectos europeos, y cualquier otro tema que piense que pueda ser útil a quien pretenda embarcarse en estas lides.



Como ven Juan ha sido muy educado para decir cosas que seguro que hemos oído mucho de manera mucho más cruda. Espero que les gustara esta pequeña auto entrevista y el nuevo formato del blog. Nosotros estamos deseosos de volver  con nuevos temas y, por supuesto, dispuestos a escucharles. 
Feliz año a todos.

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