Jonathan Strange & Mr. Norrell, el renacer de la magia

La diferencia entre la técnica y la magia no es sino una variable histórica.
Walter Benjamin

Hemos comentado ya en alguna ocasión que la cultura anglosajona, sea en las islas de este lado del Atlántico, sea en sus antiguas colonias en el otro extremo, son hoy día los grandes dominadores del medio audiovisual, usando a menudo como fuente de inspiración la Historia.

Igualmente, producen también grandes maestros en el género fantástico; concretamente, si nos ceñimos a mundos mágicos, encontramos a maestros de origen británico como J.R.R. Tolkien, J.K. Rowling o Michael Moorcock. ¿Qué ocurre, entonces, si algún autor decide aunar ambas fuentes de inspiración? Que podemos encontrarnos con obras como la que reseñamos hoy, Jonathan Strange & Mr. Norrell, de la británica Susanna Clarke.
Jonathan Strange & Mr. Norrell (Temporada Final)
Tal como hemos hecho en otras ocasiones, como con La reina blanca o Wolf Hall, nos centraremos en la adaptación en formato serie de la novela, realizada por la BBC, si bien la novela, varias veces galardonada, tiene la fama de contar con grandes puntos a su favor en su versión original, como el inglés propio de la época (punto en común con la película La bruja) y un escrúpulo exquisito en los detalles. En lo referente a su adaptación, puesto que la cadena británica es casi sinónimo de calidad, nos encontramos con una serie muy recomendable; apenas 7 capítulos, pero llenos de detalles y una gran ambientación.

Les extrañará tal vez que hablemos de una serie de tipo fantástico, pero lo entenderán apenas les pormenorice la premisa de la historia que narra. Evidentemente, no les voy a hacer ningún spoiler; el interés que me mueve a hablarles de esta serie no es destriparles la misma. Pero sí que les voy a analizar algunos aspectos interesantes desde el punto de vista de la Historia.

Sitúense en la Gran Bretaña de comienzos del siglo XIX, en plenas guerras napoleónicas. La magia no tiene cabida en un mundo moderno, que ve florecer la razón, la tecnología y las nuevas ideas políticas, si bien existen magos teóricos, estudiosos de una magia real hasta 300 años antes. Un erudito, el señor Norrell, proclama entonces que es un mago práctico, capaz de volver a traer la magia al mundo; una magia moderna, distinta a la antigua, y capaz de ayudar al esfuerzo bélico contra Napoleón.
El mago respetable es un erudito rodeado de libros... (El lado G)
En la cuidada ambientación se representa con esmero la Gran Bretaña de comienzos del siglo XIX, al menos en lo referido a las clases altas, si bien da cierto protagonismo a algunos grupos con escaso peso en el relato histórico oficial, como mujeres, pobres o siervos de raza negra. La guerra peninsular (nuestra guerra de Independencia) o la batalla de Waterloo aparecen retratadas de manera breve pero sin licencias que alteren las mismas, por lo que podemos afirmar que la historia narrada es de tipo fantástico, no una ucronía.

Pero más allá de la calidad de la ambientación histórica, cabe llamar la atención sobre la serie a todos los interesados en la magia en términos históricos o antropológicos, y concretamente, la representación de la magia y la brujería en el cine y la televisión. En esencia se trata en la mayor parte de casos de magia que asociaríamos, al menos parcialmente, a la edad moderna, y a muchos aspectos ya analizados en este blog. Esto resulta hasta cierto punto paradójico, ya que es precisamente esa época (desde 1.500 hasta comienzos del XIX) cuando se supone que la magia ha desaparecido de Gran Bretaña.

Por ejemplo, los taumaturgos de esta aventura son varones, siendo las mujeres víctimas de sus tramas. Ya vimos en alguna de nuestras entradas que la figura del mago, en contraposición a la de la bruja, se asocia al estudio, al poder, a la sabiduría y, en este caso, incluso de ayuda a su país más allá de sus propios intereses. Por otra parte, el tema de la brujería y la locura, materializado en gran medida en la figura femenina, se hace igualmente presente en el relato.

Específicamente, la magia "antigua", supuestamente desterrada y poco respetable, propia de clases bajas, se basa en pociones, maldiciones del tres al cuarto, y, en buena medida en pactos con seres mágicos (no específicamente demoníacos, pero sí con sus propias reglas), donde destaca la figura del legendario Rey Cuervo. Entre las prácticas peligrosas de esta magia aparece la nigromancia, un aspecto habitual en los juicios inquisitoriales y la literatura al respecto. Los expertos en el tema podrán aquí encontrar argumentos para debatir las diferencias entre brujería, magia y hechicería.
Los seres mágicos tienen sus propias reglas para tratar con la muerte y de gestionar sus pactos (Den of Geek)
El Rey Cuervo, además del simbolismo asociado a su nombre, implica la presencia de un antiguo tratado mágico y profético escrito por él, que nos remite al mundo de los grimorios: libros que contienen sabiduría mágica establecida por figuras poderosas del pasadotema ya tratado en entradas anteriores. Por no hablar de los numerosos libros propios de la magia "respetable", de carácter más erudito y elevado, pero con intenciones equivalentes, empleados por Mr. Norrell en sus estudios.

Igualmente, aparecen otros elementos clásicos en el imaginario mágico, como dobles fantasmagóricos, el agua y los espejos a modo de portales (tema clásico del mundo de la brujería, tal como evoca el título del citado a menudo Espejo de brujas), o el baile entre seres de ambos mundos (feérico y real), que, indirectamente, y al tener lugar en un bosque (pese a la presencia de un lujoso salón en torno al árbol principal), nos remite de forma inmediata al ambiente del aquelarre.

Incluso si no les llama la atención un análisis centrado en estos aspectos, les aseguro que la serie es muy recomendable: exquisita en su factura, como acostumbra la BBC, tiene la virtud de transportarnos a un mundo donde la magia se hace creíble. Mientras tanto, la autora está preparando la segunda parte de la historia, por lo que sin duda este mundo donde la magia ha renacido, sin duda, aún no ha dicho su último hechizo.
Baile entre seres del mundo mágico (Phoenix Dance Theatre)

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