¿Es Cuarto Milenio un buen canal para difundir conocimiento académico?

Hola a todos:

Sinceramente tengo un poco de miedo a la hora de publicar esta entrada porque, previsiblemente, generará cierta polémica. La pregunta es clara; ¿qué harías tú como historiador te llamara Cuarto Milenio para ir a su programa para hablar del tema en que eres especialista? Vaya por delante que soy seguidor del programa. Ya decir esto en la universidad hace años era algo poco conveniente, aunque ahora parece que poco a poco el debate se va abriendo. 

Admito que me lo paso "pipa" escuchando al "maestro" Enrique de Vicente decir una locura tras otra. Si os queréis echar unas risas y os interesa, que eso espero, un poco la ciencia os invito a visitar el magnífico blog Magonia, que tiene un apartado de lo más científico y divertido comentando algunas de las locuras del susodicho Enrique de Vicente. Cuando hablan de fantasmas, espíritus y psicofonías me divierte e interesa porque me parece un catálogo de mitología moderna de lo más completo. 

Eso sí, cuando hablan de OVNIS y visitantes me aburro enormemente. Ocurre todo lo contrario cuando he podido disfrutar de grupos de investigación arqueológicos de la más estricta ortodoxia explicando sus hallazgos. A lo mejor el debate no es si Cuarto Milenio es o no un buen canal de comunicación sobre arqueología e historia y sí por qué éste se ha convertido el más viral y casi único posible para hacerlo. Sí, también está La 2, pero los niveles de audiencia dejan muchas cosas claras. Ahí la dejo... botando.
Enrique de Vicente en Cuarto Milenio. Fuente: Valencia Plaza
Vuelvo a la pregunta originaria. ¿Qué hacer en el más que hipotético caso que nos llamara Cuarto Mileno para hablar de nuestra especialidad? Vamos a hacer como dicen en muchas películas. Una lista de puntos positivos y puntos negativos. Vamos a empezar por estos últimos, que dan más morbo...

Puntos negativos:
Santiago Vazquez. Fuente: Forocoches
  • La presencia del citado Enrique de Vicente, José María Zabala y demás vendedores de motos. Echamos de menos a Santiago Vázquez, que daba momentos de humor inolvidables. Restan cualquier credibilidad al programa y son unos palizas cuando alguien medianamente decente viene a debatir con ellos.
  • Segunda debilidad es su "coctelera". La mezcla de temas serios con otros que no lo son redunda, de nuevo, en la credibilidad. El espectador que no cuente con el suficiente conocimiento, puede que dude tanto de la buena información de la mala. 
  • La falta de rigor de alguno, Nacho Ares y sus pirámides, de sus colaboradores con titulación académica. Si precisamente su tarea es dar otro punto de vista a los "magufos", como dice Juan, fracasan de manera estrepitosa. 
  • Mezcla de buena y mala información en las piezas documentales que ofrecen sobre un mismo tema.
  • La falta de criterio de su director, Iker Jiménez, a la hora de abordar muchos de los temas que toca. Es una persona de gran curiosidad e inteligencia, pero falta de criterio le anula. 
Resumiendo, la aparición en Cuarto Milenio de cualquier historiador lo primero que producirá en el resto de la comunidad científica es pérdida de prestigio y credibilidad. Aviso, esta es una conclusión parcial.
Uno de los plató de Cuarto Mileno que ha tenido a lo largo de sus doce temporadas. Fuente: Google +
Puntos positivos:
  • Te puede caer bien, mal o regular, pero es obvio que Iker Jiménez es uno de los mejores comunicadores con los que contamos en éste país. Como decíamos en el último punto, la pena es su falta de criterio. Si entre los historiadores académicos tuviéramos a un tío que comunicara como Iker Jiménez otro gallo nos cantaría.
  • Unido a lo anterior, sus excelentes audiencias a lo largo de muchos años en radio, televisión, podcasts y todo lo que se proponga, hacen de su programa un altavoz de primer orden. Ni el mejor programa cultural o el Congreso Internacional más grande y mejor del mundo se acercarán ni de lejos a un sólo programa de Iker en cuanto a difusión. ¿Estamos en condiciones de abandonar de manera altiva esta plaza?
  • La presencia de personas tan válidas como José Manuel Nieves o Juan José Sánchez-Oro. Éste último es historiador. En mi opinión le falla no ser más incisivo contra los "magufos", como hace Nieves. Un día se levanta y estrangula a Enrique de Vicente. Es broma, obviamente. 
  • En ocasiones no veo muertos, pero sí piezas de vídeo donde grupos arqueológicos explican sus campañas y la verdad es que esto me gusta y mucho de Cuarto Milenio. La primera vez que oí hablar del Projecto Djhuty fue en ése programa. 
  • Visualmente es un programa impecable, potentísimo. Sus vídeos son de una calidad espectacular. El plató es muy bonito y su edición es magnífica. 
Conclusiones: Cierto es que el programa tiene evidentes problemas de credibilidad, pero el "marco incomparable", su nivel de difusión y calidad visual me hacen inclinarme por no desechar, más bien al contrario, la posibilidad que los historiadores académicos acudiéramos a Cuarto Milenio. Sólo hay que cumplir escrupulosamente con una condición. Nuestro discurso no puede verse arrastrado por cualquier condicionamiento hacia la falta de rigor y abandono del academicismo. Si la información que yo doy es seria y veraz, académica...¿qué tiene que ver dónde la diga? ¿O es que soy más académico y serio si lo digo en un aula que en Cuarto Milenio? 

Abro el debate... ¿Y tú qué opinas?

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